1. Evaluación inicial
Examen clínico y radiológico para determinar la viabilidad del implante y la salud ósea del paciente. Se realizan pruebas como radiografías o tomografías para evaluar la densidad ósea y planificar la intervención.
2. Preparación del sitio del implante
En caso de que el diente a reemplazar aún esté presente, se realiza su extracción con máximo cuidado para preservar la mayor cantidad de hueso posible. Si el hueso maxilar no cuenta con suficiente volumen, se pueden emplear técnicas de regeneración ósea para garantizar la estabilidad del implante.
3. Colocación del implante
Inserción quirúrgica del implante de titanio en el hueso maxilar bajo anestesia local. Se usa tecnología de guía quirúrgica para mayor precisión y menor invasión.
4. Cicatrización y Osteointegración
o Durante un período de 3 a 6 meses, el implante se fusiona con el hueso en un proceso llamado osteointegración. Este paso es crucial para asegurar la estabilidad del implante a largo plazo.
5. Colocación de la corona definitiva
Una vez completada la osteointegración, se coloca un pilar sobre el implante y posteriormente una corona de porcelana o zirconio a medida. La corona se diseña para integrarse armoniosamente con el resto de la dentadura en términos de forma, tamaño y color.