1. Evaluación inicial
El especialista realiza un análisis exhaustivo mediante radiografías o tomografías para asegurarse de que la estructura ósea del paciente es adecuada para este tipo de implante, además de evaluar la salud general del paciente.
2. Preparación del hueso
En algunos casos, si el hueso no es lo suficientemente denso o voluminoso, puede ser necesario realizar un injerto óseo para crear un lecho adecuado para el implante. Esta fase es crucial para garantizar la estabilidad del implante a largo plazo.
3. Colocación del implante
Con anestesia local, el especialista introduce el implante de una sola pieza en el hueso. El diseño de una sola pieza elimina la necesidad de una segunda intervención para colocar un pilar, lo que simplifica el procedimiento y mejora la rapidez de la recuperación.
4. Periodo de osteointegración
Durante los siguientes meses, el implante se fusiona con el hueso, lo que asegura una integración estable y duradera. Este proceso es fundamental para que el implante funcione de manera efectiva y sin problemas a largo plazo.
5. Colocación de la corona
Una vez que el implante se ha integrado correctamente al hueso, se coloca la corona final, restaurando tanto la estética como la funcionalidad dental del paciente.